Los usuarios de Linux se quejan demasiado
Los usuarios de Linux se quejan demasiado y acostumbran a discutir sobre cuál distro es la mejor, entre otros detalles, en lugar de preocuparse por factores más importantes.
Introducción
Los usuarios de Linux se quejan demasiado... y por tonterías, cupiera añadir. Esto puede ser una virtud detallista o un defecto obsesivo según qué contextos. En esta breve entrada quisiera destacar dos motivos generales de discusión que desembocan en ríos de tinta, tonos desabridos y divisiones intempestivas entre la comunidad.
Cuando los usuarios de Linux se quejan sobre el software privativo, la privacidad o los errores cometidos por las distros
Pocos temas sociales son tan justos y necesarios como aquéllos que buscan poner en evidencia los peligros y abusos perpetrados por las grandes empresas informáticas (Microsoft, Google, Apple, Amazon, etc.) y sus diversas políticas (DRM, anticopia, patentes, licencias, etc.) diseñadas para controlar, espiar y explotar a los usuarios. También resultan vitales las conversaciones sobre cambios tecnológicos, obsolescencia programada, consumo eléctrico, medio ambiente, etc.
Del mismo modo, resultan provechosas las críticas constructivas sobre aspectos sin pulir, decisiones sin sentido o evidencias manifiestas de desidia. Ubuntu y su bendito Snap...
No obstante, la mayor parte del tiempo, los usuarios de Linux se quejan «hacia dentro» por temas triviales en lugar de unir fuerzas contra un enemigo común. Y cuidado, dicho enemigo no tiene por qué ser una empresa o una persona. En la mayoría de los casos se trata de una ideología o de alguna política económica que promueve o facilita tales injusticias.
Ejemplo de comparación entre dos distribuciones de Linux: Kubuntu y Linux mint.
Cuando los usuarios de Linux se quejan sobre otras distribuciones, sus entornos y programas
Por cada foro dedicado a responder dudas sobre el sistema operativo o instruir y hablar sobre, por ejemplo, las dificultades de poder adquirir un libro electrónico o película digital atado a un navegador, una suscripción o un programa privativo, hay diez centrados en compartir tu bonito escritorio personalizado y en poner a parir cualquier otro entorno que aborrecen.
Y esto, sobre todo, no sucede entre ingenieros, desarrolladores o usuarios más experimentados; sino entre los que llevan menos tiempo y han adquirido una visión parcial, sesgada e incompleta de la materia en cuestión. En foros de cualquier clase, sobre todo de habla hispana, se leen disparates y estupideces que, en muchos casos, denotan una escasa comprensión y razonamiento.
- ¿Que una distro prefiere continuar con Xorg? Entonces hay quejas de que están anticuados y de que lastran componentes «inservibles» desde hace 20 años. ¿Que una distro planea mudarse a Wayland? Entonces hay quejas de que romperá la compatibilidad con programas relativamente recientes o de que se trata de una acción autoritaria.
- ¿Que una distro tiene lanzamientos estables? Entonces hay quejas sobre que los repositorios están desfasados, que no se adapta la informática del futuro, etc. ¿Que una distro tiene lanzamientos continuos (rolling release)? Quejas sobre que se rompen paquetes y se estropea el sistema al actualizar.
- ¿Que una distro decide incluir Snap? Entonces son esclavos o vendidos de Canonical. ¿Que una distro opta por Flatpak? Entonces son sumisos y masoquistas de Red Hat.
- ¿Que una distro usa Xfce? Entonces está anticuada o es demasiado espartana. ¿Que una distro usa KDE? Entonces es un entorno pesado, devorador de recursos, abrumador en opciones.
- ¿Que una distro usa el paquete gráfico GTK? Entonces peca de exclusivismo para Linux, escasa portabilidad y poca actitud multiplataforma. ¿Que una distro usa el paquete gráfico Qt? Entonces está sumido a los intereses de una empresa a quien no le importa Linux un bledo y que podría fagocitar todas las interfaces creadas con éste.
- ¿Que el desarrollador de una distro muestra una ideología conservadora? Entonces es racista, machista u homófobo. ¿Que el desarrollador de una distro muestra una ideología progresista? Entonces es un milenial, un comunista o un giliprogre.
Cuando los usuarios de Linux se quejan sobre que una distribución no cumple todas sus expectativas
Algo que me resulta llamativo, y que no ocurre entre los usuarios de Windows o Mac, es la queja insistente de muchos usuarios de Linux acerca de pequeños detalles que no les agradan. No hablamos de críticas fundamentadas sobre que el gestor de ventanas o la tienda de aplicaciones funcionen mal o que sea difícil hacer o averiguar cómo hacer algo.
Siguiendo la exposición anterior, me refiero a cuando el usuario de turno se empecina en echar pestes de todo aquello que no comulga con sus intereses pragmáticos o estéticos. Estos mismos usuarios callarían en el caso de Windows o Mac y se tragarían con toda la mierda y sus imposiciones sin rechistar. Sin embargo, la mayor libertad que brinda GNU/Linux la interpretan como un privilegio o un derecho fundamental para que todos los elementos del sistema vengan, de serie, como ellos desean.
Tomemos el ejemplo de aquellos usuarios de Linux que se quejan porque tal o cual distribución no incluye su entorno de escritorio favorito o porque la distro no está basada en otra distro de su preferencia. Obviamente, la mayor parte de estos usuarios no conocen ni se interesan por cuestiones técnicas que sí competen a los desarrolladores y que motivan su elección de hacer o no hacer algo.
- ¿Que Linux Mint no incluye el entorno KDE? Entonces hay quejas sobre que se cambian de distro, de que están perdiendo la oportunidad, de que no saben lo que hacen... Ocurre que el entorno de KDE utiliza la bibliotecas gráficas de Qt; mientras que Cinnamon, Mate y Xfce usan GTK. Por ello, exige doble trabajo de mantenimiento y de «portar aplicaciones» si una misma distro soporta infinitos entornos de escritorio. Recordemos que, en el caso de Linux Mint, existe una labor de contribución y de adaptación a la experiencia de usuario; no se trata de una mera distribución que empaquete programas ajenos y los ponga en un archivo .iso.
- ¿Que KDE NEON se basa en Ubuntu y no en Debian o en Arch? Entonces hay quejas sobre lo mal sistema que es Ubuntu y lo hipotéticamente maravilloso que sería que ésta y otras distribuciones pasaran adoptar Arch como base. Al margen de las cuestiones técnicas y de los conocimientos propios de los mantenedores (aparte de sus propias preferencias que son dignas de respetar), un elemento esencial que no captan muchos usuarios de Linux es que cada distro tiene su nicho. Si ya existen versiones de KDE en sistemas basados en Arch, como la propia distribución Arch o Manjaro, ¿qué sentido tiene que KDE NEON también tome la misma base? Si vas a crear algo que ya existe, no tiene sentido crearlo.
El mundillo de Linux se mueve por oleadas de fanatismo y visceralidad en lugar de sentido común. Cuando las políticas de una empresa caen mal, todos quieren alejarse e imponerles a los desarrolladores que abonen Ubuntu para tomar Debian u otra distro como base.
El argumento cansino de que Linux Mint o KDE NEON no deberían basarse en Ubuntu
Respecto al último punto, quisiera responder a todos los que repiten sin cesar ese mantra de que Linux Mint o KDE NEON deberían basarse en Debian. Muchos tratan de justificar un cambio a Debian por las políticas de Ubuntu sobre Snap. Esto es un sinsentido porque los desarrolladores pueden deshabilitarlo y no tiene por qué afectar al rendimiento de la distribución final. La única razón que leo por parte de los defensores de una base en Debian es el mero odio a Ubuntu y todo lo que se le parezca.
Parece que nadie considera que una base en Ubuntu asegura compatibilidad con hardware y con muchas aplicaciones de terceros. Se quedan con que Ubuntu es basura por sus políticas y olvidan (o desconocen) los problemas técnicos de tomar Debian como base. Y lo digo como defensor de Debian y de su purismo con el software libre. Sin embargo, muchos de los que hoy exigen que KDE NEON o Linux Mint se basen en Debian son los que mañana se quejarían o se irían de la distro (¡o para volver a Windows!) porque no les funciona el WIFI, porque no les funciona la impresora, porque no les funciona un juego, un appimage o el sonido.
Debian no está pensado, ni sus desarrolladores lo mantienen, como un sistema completo de escritorio. Lo que hay detrás de Debian es un interés centrado en servidores y en seguir la pureza del software libre. Carece de una intención práctica y orientada al usuario que sí existe en Ubuntu y sus configuraciones de los paquetes. Las acciones de los mantenedores de Ubuntu, por lo general, facilitan la labor de sus derivadas y éstas rinden mejor y con menos errores por la suma de las correcciones de Debian, Ubuntu y las propias.
Uno de los muchos memes que puedan encontrarse en redes sobre diferentes proyectos de Linux y sus desarrollos.
Conclusión
Las quejas, críticas y subidas de tono de los usuarios de Linux me hacen imaginar que esté frente a niños en un patio de colegio, peleándose por defender a su equipo de fútbol y atacar al del vecino. Por épocas, experimento un gran hartazgo hacia la comunidad en general y me pregunto por qué pierdo el tiempo leyendo discusiones en foros, blogs, sitios de noticias o en Telegram.
Todo en Linux es motivo de crisis y exaltaciones variadas. Cualquier suceso se toma con absoluto tremendismo y genera polémica, debates y reacciones viscerales que se saldan discusiones inacabables, divisiones e insultos que se saldan con la necesidad imperiosa de cambiar de distro para así volver a sentir que uno ha encontrado su lugar en otra parte. Estas situaciones, las cuales he vivido múltiples veces, me hacen pensar que vivimos en un mundo de gente irracional e inmadura, o mejor dicho, gente cuya racionalidad brilla por su ausencia cuando entran en juego los sentimientos.
Yo he expresado y expresaré abiertamente en este blog, y en otros muchos sitios, mis opiniones y preferencias sobre distribuciones y programas. Por ejemplo, en cuanto a distribuciones, recomiendo dos extremos muy provechosos para distintas clases de usuario: KDE NEON para quienes buscan versatilidad y personalización; y Linux Mint para quienes priorizan la estabilidad o un entorno que lo dé todo servido.
No soporto el entorno GNOME, cada vez más arbitrariamente limitante, ni su paquete gráfico GTK estándar por sus políticas caprichosas. Xfce me parece demasiado simple y obsoleto; Mate y Cinnamon son casi iguales y deberían centrar energías en un mismo proyecto; y KDE abarca demasiado y sufre problemas por las licencias de Qt cada dos por tres. Y, en lo referido a paquetes, no me convencen ni snap ni flatpak; el verdaderamente agnóstico es Appimage. Y, para colmo, ahora se viene una nueva paquetería china que añadirá todavía más heterogeneidad innecesaria al asunto.
Aun así, nunca he denostado ni denostaré a quienes prefieran otras opciones o se vuelvan más productivos con otros flujos de trabajo. Que yo o alguien se sienta cómodo con un diseño o configuración no quita que otros antepongan lo contrario. Ahí está lo hermoso del software libre y de la libertad del usuario. Sin embargo, no cabe confundir la libertad individual con el derecho de imponerles al vecino o a los desarrolladores aquello que nos interesa.
Podemos trasladar propuestas y argumentarlas. Esto lo he hecho con gusto en muchas ocasiones y por diversos medios, pero ponerse a maldecir distribuciones no tiene sentido si, al mismo tiempo, tienes un 'pc gamer' con Windows o un 'bonito' Macbook y no te importa que en el primero te aparezca publicidad de Xbox y en el segundo quiera impedir a toda costa que instales algo ajeno a su dichosa tienda elitista.
Finalmente, quisiera destacar que poner el foco sobre un ente determinado —ya sea para defenderlo o criticarlo— hace que el colectivo pierda la perspectiva global. Lo mismo cabe señalar sobre el animalismo actual y su tendencia ciega a comulgar con los intereses institucionales de organizaciones y partidos a quienes no les importan los animales más allá de como filón monetario. El fanatismo siempre condena el avance social.